viernes, 23 de mayo de 2008

II

Desde siempre me ha gustado, hay algo en él que me embelesa cada día más, tiene un misterio bonito que me hace sonreír y me pone bonita. Desde hace meses no puedo quitarle los ojos de encima, y cuando me hablaba me ponía tan nerviosa que no caía en cuenta de continuar la conversación, sólo le sonreía y huía, porque me acelera el corazón y me hace sudar.

A pesar de que no pase nada de lo que debería pasar en una relación normal, él para mi es mi novio, mi amante, mi todo, mi amor. Me alegré tanto el segundo viernes que nos vimos por una planeada casualidad, me alegré tanto de ese tácito trato…. Pero si él supiera que la cita no es sólo los viernes, todas las noches antes de dormirme pienso en él, y si ese viernes lo he visto con otra y me da rabia y lo quiero sacar de mi mente y de mi cama, entonces no puedo dormir.

Me tiene muy distraída y me alegra tanto que todo sea tan lejano y tan intenso. Me alegran tanto sus miradas, en una ocasión percibí su olor y se me quedó en la memoria, ahora mientras él ve la película yo sólo trato de que mi nariz me lleve a él, una vez estaba justo tras de él y aunque él no lo notó, durante 120 minutos analicé a fondo su cuello y su olor y su cabello y su camisa; cuando prendieron las luces casi lo toco en el hombro y le digo hola! Pero no, me arrepentí.

Por las noches me imagino sus besos y hasta más, pero me desanima saber que todo lo que empieza termina, y entonces prefiero seguir viéndolo, oliéndolo, soñándolo. Le he contado esto a un par de amigas y me han prohibido hablar al respecto, no entienden como le debo fidelidad a un extraño, y yo les digo que no me importa, que él me hace feliz, que los viernes ahora son mis días favoritos, y que si no lo viera con tantas chicas quizás y hasta un día le hablaría, soy suya aún sin saber si él me quiera para él, hoy es viernes tardaré horas en arreglarme para sus miradas, desde las tres de la tarde mi corazón no se calmará y palpitará alborotado, estoy tan enamorada y es tanta la ansiedad por sentirlo cerca, que a veces me dan ganas de llorar.

jueves, 22 de mayo de 2008

I

Desde que la conocí la vi como una broma, he visto como ha jugado con todos, les ha hecho creer que su inocencia es genuina, y me es difícil entender que muchos le hayan creído. La he visto botarme esa mirada de “acompáñame” y por años me he rehusado a seguirla. Porque no me gusta, ni siquiera me simpatiza, se me hace bastante artificial e insípida, tanto que no me despierta curiosidad alguna su sabor, cuán más atrevida se muestra, mas risa causa en mí; me sorprende ver a otros tantos tontos caer en ese juego absurdo hasta perderlo todo. ¿Cómo no darse cuenta que esas piernas enmalladas solo quieren asfixiarte? ¿Cómo pasar por alto que el chillón rojo de sus labios no puede destilar más que veneno? ¿Cómo no pasar distraído por sus senos? Sin descansar mi cabeza llena de problemas sobre ellos, ¿Cómo no desear ese cuerpito blanco y menudo? Que viene calculadamente hacia mí…. Momento de lucidez hecho palabra: Caí.

Con seguridad los que estuvieron antes de mí, también la odiaron cuando la conocieron, y no es que haya dejado de pensar que es una chupasangre que gusta alimentarse de primeros besos, es que ahora me doy cuenta que en la realidad ella no es lo que pienso, con el pasar de los días pude constatar que la mirada de “acompáñame” no significaba tal, que la imagen que había dibujado era una creación propia, y que las piernas enmalladas no asfixiaban ni una mosca.

Para cuando me di cuenta de mi completa equivocación era demasiado tarde, como buen hombre galanazo lo primero que hice fue abordarla con la coquetería convencional, que desde siempre me ha funcionado tanto, y lo único que obtuve de ella fue una sonrisita de “¿Me estas hablando en serio?” es que no es que ella sea perfecta o angelical pero perversa, perversa no es. Y yo por mi parte ya había empezado mal.

Un día la vi en cine, ella iba sola, linda, distraída, todos los hombres sin excepción volteábamos hacía ella. Iba acompañado, nos cruzamos, nos miramos, la saludé, no respondió, sólo sonrió y siguió. Eso fue el viernes, y como si hubiese un mutuo acuerdo, todos los viernes en adelante coincidíamos, nos mirábamos y nunca hablábamos. Algunas veces ella iba con alguien, otras veces era yo quien llevaba compañía, pero la mejor situación era cuando los dos estábamos solos. Al menos yo, cada viernes esperaba para verla, a tal punto que la película de la función pasaba a un segundo plano, entre otras cosas porque en la oscuridad de la sala, lo único que yo hacía era buscarla y al encontrarla no podía permitirme mirarla, me sentía idiota, descubierto, avergonzado y loco. Obviamente seguí manteniendo relaciones con otras mujeres, pero ella en especial me fascinaba y tengo que confesar haber llegado al punto, de imaginarla en otra, al momento del beso.


Nunca entendí en que momento se nos acabaron las palabras, antes de coquetearle, en medio de nuestro papel de conocidos, de vez en cuando había algunos “hola”, “adiós”, a veces hasta pequeñas conversaciones completas, por supuesto, sólo por cortesía, pero al fin y al cabo esto llevaba a cierta proximidad que antes despreciaba y ahora se anhela. Yo creo que si no la viera los viernes ya se me habría olvidado , sin embargo no soy capaz de abandonar el malsano habito de esas raras citas , y lo he intentado mas de una vez, porque me fastidia ese tinte romanticón que a veces me percibo. De sábado a jueves me digo: No, esta semana no, ¡bueno! Este viernes no vamos a cine, ¡no señor! En cambio leemos un buen libro, invitamos a Carolina a comer, además la película esta aburrida y finalmente puede que ella no vaya, siempre hay una primera vez para todo y fijo este viernes no va. Pero el viernes, nada que hacer cuando se acerca la hora ningún libro gusta, se pierde el teléfono de Carito, la película se torna interesante y a las cinco estoy allí como siempre.

martes, 20 de mayo de 2008

Cuando nació no tenía mamá y papá solo tenía madre y que bien que le iba disfrutando con todo su cuerpo cada segundo. Mientras estuvo en las profundidades del vientre de su madre el calor, la humedad y el sentirse protegida fueron constantes, compartía su tiempo jugando a las escondidas con escarabajos, con plantas, bacterias, animales de colores, con lucecitas intermitentes, gotitas de agua, pedazos de tierra y un universo de mil cosas ocultas y fascinantes que todos experimentamos alguna vez pero que se nos perdieron de la memoria. Al nacer, aunque todo fue diferente a lo que había experimentado en días anteriores, no había ningún malestar, era otra, nueva, feliz, y con la edad que el mundo tenía. Vio la luz por primera vez y se sintió libre pero indefensa, hermosa pero observada, extasiada pero temerosa, ansiosa pero prudente, lo que sentía era similar a hallarse presta a las ordenes de un no sé quien que la vigilaba de un no sé donde lugar, que no se veía pero que no por eso se dejaba de sentir.

Con el tiempo fue abriéndose al mundo y entendió que la vida estaba hecha de procedimientos instantáneos que fue cumpliendo por naturaleza, se alimentó, trabajó, creó, liberó, amó, pero sobre todo sorprendió a mil y enamoró a otros tanto eso si nunca fue de nadie; lo único que le faltó fue viajar, pero es que no le cabía en la cabeza partir a otro lugar, ni siquiera intentaba pasarlo por su mente, ¡era incapaz siquiera de desearlo! En parte porque siempre supo que una parte de ella había quedado dentro de su madre y en parte porque estaba completamente segura de que no podía.

El día que empezó su muerte, ella no entendía nada de lo que estaba pasando, ni siquiera se inquieto ¿cómo sorprenderse si en su corta vida de meses, segundos ó años todo lo que había experimentado tenía el mismo tono inexplicable?, así que no puso resistencia y se cerró, y esperó a que lo que viniera, viniera rápido y se fuera igual. Hasta que empezó a sentir mucho movimiento fuerte, doloroso, agreste, violento, desalmado, feo, no pudo abrir los ojos, no sabía que era llorar, no sabía que estaba llorando, sólo esperaba a que acabara todo y volver a sentir la luz sobre su piel, y así fue…cuando abrió los ojos sintió el sol, pero también se sintió contaminada, alterada, sucia, empolvada, negra, oscura, enferma, moribunda, era claro, algo había cambiado, ahora era una de esas de la séptima, adornando un separador, que suscitan sólo dolor en mí y que pese a todo luchan por mantener sus flores en medio de ese mundo de hombre, artificial, contaminado y progresivo, había que ver a esa pobrecita Agapanto con esa sonrisita morada de valiente y hermosa matica buena. Había que verla…..

lunes, 19 de mayo de 2008

14 Abril 2008

Y escuchar el baile y el salón mil veces y fumarme un par de cigarrillos y pensar en tí pero no komo la amante estúpida, como el ratón enamorado de la luna sino komo la k tiene la certeza k también la aman, la extrañan y la desean, porke haces falta, inundas mis sueños, mis noches, mis días, mis alegrías, mi salud, mis enfermedades, mi cuerpo, mis aromas, los aromas que percibo, las imágenes que observo, las palpitaciones que experimento. Porke estoy enamorada de mi ultima salida que se presenta komo tú, eliminando tanto síntoma normal, que me ha dado el favor el tiempo de experimentar, y entonces yo que he jugado ya me empiezo aburrir. Apareces tú tú tú komo lo nuevo, lo brillante, lo misterioso, lo difícil, lo prohibido, lo dulce, lo sustancioso, lo ke tiene un sabor real k no solo se siente kon los labios sino kon el cuerpo, las entrañas, quizá el korazon o kon otro órgano kualkiera y menos nombrado. Kiero ir despacio, tan despacio komo lo permita la ansiedad de kerer devorarte, de kererte dentro de mí para explotar, explotar de la emoción, de la alegría, de la euforia. Komo droga sicodélica que invade la telita de los ojos kon luces ke se sienten kon todo lo de aki, lo de allí , kon lo bonito de arriba y lo eskondidito de abajo o si kieres algo bien raro kon lo del lado; eres la primera de mis ultimas esperanzas lo k sueño sin tokar por miedo a terminar.

jueves, 15 de mayo de 2008

Él pensará que es sólo un capricho, que lo quiero envolver entre mis sonrisas para después dejarlo atrás como algo mucho menor que un recuerdo, él pensará que todo es mentira, que lo estoy fingiendo... porque así debe ser mi modus operandi, pensará que son tonterias de niñas, que sería él o cualquiera, que en realidad lo único que me importa es mirarlo al final con esa carita de "caíste" también pensará que voy a acabar con su tranquilidad, su costumbre, su equilibrio y ¿uno para qué se va a complicar?

¡Supiera lo que ocurre en verdad! Supiera que me hace sentir algo diferente a todo lo que he sentido en mi vida, supiera que me muero por halarle el cabello, por morderle la cara, por quitarle la camisa de cuadros, por escuchar sus susurros, por estar tan cerca como para oler su aliento, si supiera que me encanta todo de él y que aunque el deseo es infinito!!!!!!!!!! no es sólo eso, supiera que también me pierdo en su inagotable conversación, que me mata de risa esa ternura rara, que me muero por ser su sombra en las campañas que emprenda, supiera que es el único por el que me quitaria las alas, que su voz me calma, que es el único, que es él el que es, supiera que desde que llegó sacó todo de mi mente para espernancarse en ella. Supiera que llena de letras este pedazo y de bellas ideas locas mi tiempo.

Supiera que lo que más quiero es empezarlo para no terminarlo nunca. Pero no, él no lo sabe, y algo me dice que no lo quiere saber, porque me ve como una complicación, y yo sé que lo que le digo con mi boca, con mis ojos, con mi piel, con mi vestido le parece falso y corriente, lo cree así porque es más fácil, porque si me empezara nunca querría acabarme, pero le cambiaría la vida y ¿Uno para qué se va a complicar?
Y ahí iba la peor de las revelaciones, yo no se lo había robado a ella, él se había tomado un descanso entre mis brazos. En ese preciso momento vino a mí el eco de la voz de mi amado cuando hablando de otro aseveraba “la gente nunca cambia” y la revelación se hizo innegable, ahora era yo la que lo cuidaría de las mil mí que le servirían de nido en adelante. En un instante todo cambio, de cazadora pase a ser presa, de segura a temblorosa y de deseada a la noble.

Lo amo más de lo que siempre, y sin embargo sé que para él todo es diferente. Si pudiera volver el tiempo a atrás debería escurrirme de sus encantos, pero no lo haría; cada uno de mis amargados días por su hechizo, cobra sentido al recordar el comportamiento animal que despertó en mí su proximidad, sus ojos que engatusan despacito, su voz suave, sus diplomáticas manos pidiendo siempre permiso para todo. Su boca de fresa dicotómica, su olvido estratégico, su maldito talento para cautivar a todos sin dejarse al descubierto.

Desde luego se va transitando hacia el odio y la venganza, porque no soy tan buena para comprenderlo, tan racional para olvidarlo o tan simple para esconderlo, más bien soy como él, peligrosa, envolvente, mentirosa. Llega la infaltable guerra, y entonces yo, que lo peor que hago en el mundo es disimular, comenzaré a jugarla, con el miedo de quererte más que siempre y la determinación de no poderte dejar en paz; no, no es cuestión de ganar, es más bien el placer de vengar y matar, de aleccionar, y fingir que nada ha cambiado de lugar, fingir que todo sigue igual.

Sólo fue un sueño...

Cuando el Viernes le cogí la mano caí en cuenta que de nuevo estaba jugando con el tiempo, en realidad me lo estaba haciendo amigo, pidiéndole permiso para romper la monotonía, alejar lo convencional que casi siempre aburre y cansa. Verá usted, primero nos acostamos, luego nos besamos sobrios, luego ebrios y luego henos ahí como un par de niños desconocidos unidos por las manos guardándose del frío intenso; como aquel día donde todos, todos los encantos giraban alrededor del tiempo.
Estábamos acostados mirándonos a los ojos y al tiempo haciendo el amor sin que nadie lo notara, sin palabras, sin caricias, sin gemidos, sin tacto, haciéndonos el amor telepáticamente y comunicándonos las respuestas a través de las pupilas, como si esto no fuera lo suficientemente peculiar, hacíamos el amor al revés, primero experimentando sentimientos de miedo, asco, duda, burla, todo porque en el fondo Lina me decía- No me parece sensato- -No me parece sensato- y Carlos se reía, lo que yo sentía como algo cruel. Pero como todo esa noche, todo cambió en un segundo y después de esos sentimientos post-sexo, llegaban los orgasmos, intensos, sinceros, calidos y repetitivos, luego el movimiento, la velocidad, la humedad, el sudor, los gritos, el calor entre las piernas hecho llama efervescente que no se podía tocar porque lo derretía todo de inmediato, luego la excitación de no saber si va a pasar o no, luego besos calientes, peligrosos, de esos que proponen cosas como quien no quiere la cosa, y luego la timidez de querer besar a alguien pero no atreverse, de verle la boca de reojo pero ni siquiera pensar en rozarla, luego las miradas de conquista y luego chas! despertarse mirando los mismos ojos con asombro, con la emoción del que vive algo único, inesperado, particular y propio, luego la sensación de sentirse elegido por el misterioso mundo, se abrió una puerta y lo que estaba en el cuarto fue innombrable, luego un regalo, se quedó en la memoria para de vez en vez presumirlo.
Y salvaje muy salvaje, sin despertarse, es muy intenso como si se fuese a explotar de tanto placer, como morir pero sin hacerlo, como agonizar pero de lo bueno, y es impensable que pueda mejorar, pero mejora cada vez más, es tan rico que se torna insoportable, y aún así no quieres parar.

El cuerpo suda, se cansa y se calienta a cien, pide una tregua, una pausa, un pare, pero el movimiento no cesa, en una sincronización perfecta encaja click! y en ese click se te transmite lo necesario para sedarlo y callarlo; imaginate totalmente drogado pero lúcido, totalmente excitado pero conciente, sensible a todo lo que te toca, sintiendo por separado cada estimulo y te sientes tan high que ruegas desesperadamente porque no se acabe, estas empezando a creer en Dios.

miércoles, 14 de mayo de 2008

komo kemarse la muñeka kon el cigarrillo de tu otra mano.
Komo gritar kuando se eskonde de algo malo.
Asi de absurdo e involuntario.